El fallo de seguridad dejó a los desarrolladores externos el acceso a los datos privados de los usuarios de Google+ entre 2015 y 2018. En su comunicado Google habla de hasta 500.000 cuentas, pero ni ellos lo saben, ni tampoco si los datos han sido utilizados.
Durante el mismo marzo de este 2018 había surgido el escándalo de Facebook y Cambridge Analytica
El equipo legal y de políticas de Google advirtió de que divulgarlo llevaría a un "interés regulatorio inmediato". Un documento obtenido por el Wall Street Journal advertía que, si la exposición de datos se revelaba al mundo, provocaría que “nosotros nos veamos en el centro de atención al lado o incluso en lugar de Facebook, a pesar de haber estado bajo el radar por el escándalo de Cambridge Analytica.” Así que decidieron no comunicarlo, como establece la legislación, aún exponiéndose a una multa equivalente al 2% de sus ingresos anuales en el mundo.
Una medida drástica que -aún más que los graves fallos de seguridad- por su escasa fundamentación, porque revela mucho menos que lo hace intuir que hay detrás y, viniendo de quien viene, siembra aún más la desconfianza en el mundo digital. Nada es perfecto, pero seguro que hay maneras de hacerlo mejor.
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