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Tipografía para todo - Tips de tipografía

Tipografía para todo - Tips de tipografía

15/Nov/2016

Todos, en mayor o menor profundidad, conocemos el origen y el recorrido de las letras. Desde que se pretendió plasmar la palabra hablada en un suporte fijo, se han dado multitud de formas de escritura, pasando por pictogramas, jeroglíficos, hasta llegar, en un estadio final, a los sistemas actuales de escritura.

Uno de los momentos con más peso en la escritura y para la tipografía fue la imprenta. Con la impresión en serie, la posibilidad de producción de textos se abarató, la demanda creció, y el nuevo mercado obligó a las letras a renovarse; se crearon los tipos móviles, y con ellos, un nuevo campo apenas explorado, la tipografía impresa.

Durante un largo periodo de tiempo, la tipografía siempre estaba planteada para ser plasmada en un soporte analógico. Esto requería estudiar factores antes bastante obviados, como la legibilidad, un término al cual todos estamos habituados. Se establecieron unas sólidas bases y formalismos en cuanto a la tipografía, dando lugar a profesionales, teóricos y amantes de la misma, además de miles de variaciones y modelos tipográficos, que acabaron conformando miles de alteraciones, con las consiguientes clasificaciones y familias tipográficas. 

Pero, ¿qué pasó con la tipografía, cuando el vertiginoso ritmo de la tecnología dio lugar a nuevos soportes? Ya no sólo existían soportes analógicos; con la nueva era digital, eran numerosas nuevas aplicaciones las que requerían diseños específicos para la reproducción en vías digitales.

Por supuesto, actualmente todos esos problemas están resueltos, habiendo interminables opciones, pero surge un nuevo problema para alguien que no tenga experiencia con la tipografía: ¿Qué tipografía empleo para mi blog? ¿Y para mis tarjetas de visita? ¿Qué letras se leerán mejor en una tablet?  

 

Estos son algunos consejos que, esperamos, puedan solventar alguna de estas dudas.

La legibilidad es la prioridad, siempre 

  • Generalmente para textos largos impresos, como pueden ser libros, periódicos o revistas, se suelen emplear tipografías serif, por el simple hecho de que suelen facilitar la legibilidad. Son letras que impresas, quedan perfectamente plasmadas y rematadas, por la resolución de impresión (y se visualizan mucho mejor que en pantalla). Para textos impresos más cortos, podemos probar otro tipo de tipografías, como sans serif, script o incluso fantasía. Se puede jugar, empleando el tipo apropiado según las necesidades del texto, con varias fuentes en la misma página, siempre respetando la legibilidad y la coherencia que ha de tener el espacio y el texto (pero sin pasarnos, con dos o máximo tres, tendremos suficiente). 

    Las tipografías más habituales para textos largos impresos son la Bodoni, Garamond, Times New Roman y Baskerville, entre otras.

    En cuanto al tamaño, al cuerpo de la letra en textos largos como los mencionados anteriormente, lo recomendado oscila entre 12 y 13 puntos, respetando siempre todos los espaciados por defecto de la tipografía elegida, y dejando por renglón entre 55-75 caracteres. 

  

 

  • En cambio, para publicaciones digitales, lo adecuado son las tipografías sans serif (de palo seco), debido a la resolución que se da en las pantallas. Pese a su simplicidad, son ideales no sólo para textos medianamente extensos en estos soportes, sino también para textos menos contundentes impresos, como titulares y resaltados de una revista. 

    Otra condición a tener en cuenta, es que, dependiendo del dispositivo donde aparecerá nuestra publicación, la tipografía podría variar. Si la fuente de esa tipografía no está instalada, es muy probable que el dispositivo la cambie por otra similar que tenga guardada. Además, muchos dispositivos diseñados específicamente para la lectura, como los ebooks, facilitan al lector varios tipos de letras para que uno mismo pueda elegir cual le resulta más cómodo, siendo uno de los más elegidos una tipografía serif, debido a que el tipo de pantalla, se asemeja mucho al papel. Podría decirse que es casi el único caso entre todos los soportes digitales que existen.

    Hay muchas cuestiones que en una publicación analógica hemos de controlar, mientras que en publicaciones digitales, algunos puntos escapan de nuestras decisiones

    Esto no implica que tengamos que dejar cosas al azar; uno de los puntos importantes en una maquetación de un texto coherente, como puede ser un libro en formato digital, descargable, son las alteraciones en los estilos de párrafo. La cuestión que prioriza es establecer un orden visual en los diferentes apartados del texto, es decir, títulos, subtítulos, texto corrido, aclaraciones al pie de página… para esto se emplearán distintos pesos tipográficos, tamaños de letra, etc, y realmente, lo único que hay que tener en cuenta es que ha de seguir un diseño lógico: obviamente el título ha de ser más grande y llamativo que el bloque de texto, y las aclaraciones al pie de página han de ser menos prioritarias y notorias que el texto en sí.

    Esperemos que estos consejos hayan podido orientarte para tu próxima publicación, o tu nuevo proyecto. Recuerda:

    La tipografía es mucho más importante de lo que “unas simples letras” pueden parecer

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