Bajo la superficie de Internet.
Todos los días te internas en internet, te informas, te comunicas, consumes o, simplemente, te entretienes; claro que sabes que hay mil peligros de seguridad a tu alrededor mientras navegas por el vasto horizonte que se abre ante ti, tan amplio que no aciertas a vislumbrar los límites, pero ¿has pensado alguna vez en lo que hay debajo de la superficie? ¿Te has dado cuenta de que navegas sobre una línea de tensión entre la parte abierta y la “internet oculta”? ¿Estás preparado para sumergirte y bucear en las profundidades de la red? Te espera un viaje insospechado: relájate, respira hondo, llena los pulmones y abre bien los ojos, descendemos…
Deep Web o Deepnet o Invisible Web o Dark Web o Hidden Web son algunos de los nombres que se le han dado a este inmenso territorio oscuro compuesto por toda la información no indexada en los buscadores, no aprobada, simplemente “perdida”, u oculta en la red. Empezamos a vislumbrar su origen, pero más difícil resulta calcular su tamaño: por la misma naturaleza de esta Red Profunda, los únicos datos de que se dispone públicamente son de un estudio de la Universidad de Berkeley de marzo del año 2000; según dicho estudio, la parte profunda de Internet era 500 veces mayor que la superficial: 7.500 terabytes - 1 equivale a 1012 bytes- bajo los ¡167! visibles a los buscadores. Es muy difícil extrapolar estos datos de hace 14 años a la actualidad teniendo en cuenta variables como el nivel de desarrollo de la red, la influencia que ha adquirido Google o el boom de las redes sociales; pero hay quien asegura que Berkeley atribuye actualmente unos 91.000 terabytes a esta red escondida y quien afirma que representa el 96% del volumen de datos que mueve Internet. ¿Quién es capaz de medir los fondos marinos?
Bien, una vez establecido cómo se ha formado y que no es posible conocer sus dimensiones, podremos al menos echar un vistazo en la Deep Web sin alejarnos mucho de la superficie… ¿qué hay en ese paisaje subinternetiano? Pues información ingente y de todas las especies: multitudes de arc
hivos sin formato HTML o texto, sitios web en Flash naufragados, documentos que no pueden ser capturados por las redes de los buscadores, abundantísimo contenido dinámico, solitarios sitios privados personales, webs contextuales mimetizadas que varían de aspecto según quién y desde dónde las visite, contenido limitado a propósito… Y más: gigantescos directorios meteorológicos, astronómicos o de cualquier área en que los gobiernos mantengan investigaciones abiertas, enormes bibliotecas de millones de tomos, diccionarios, sitios de noticias anónimos, bandadas de datos financieros, hemerotecas de noticias que fueron actualidad, bancos de libros digitales, una masa inmensa de copias de leyes, álbumes de fotografía histórica, directorios con información sobre personas, sus correos electrónicos, informes clasificados, foros de agrupaciones anónimas, hervideros de comentarios en redes sociales, marcadores, discusiones en foros, servicios caídos o muertos… Y, sí, más allá de los últimos claroscuros, en las sombras, el caldo de cultivo para los “bajos fondos” y sus actividades, que en nada humano pueden faltar… Pero también debemos tener en cuenta que los motores de búsqueda no son necesariamente calificadores de calidad de la información y es más posible “pescar” resultados de calidad entre 100.000 que entre 1.000.
Hay empresas que ofrecen servicios de exploración de estas aguas profundas y un acceso conocido TOR (The Onion Router); pero la Deep Web es una zona dilatada, misteriosa y oscura y las competencias, las aptitudes y la cautela necesarias para bucear en esas profundidades -ocurre en los mares, las grutas, los abismos y todo en la vida- no las tiene cualquiera.
Fuentes utilizadas:
The Deep Web: Surfacing Hidden Value
The Deep Web; los suburbios de Internet
La Deep Web - Sus Beneficios Y Consecuencias